Revueltas del Pensamiento: Nos hizo correr, nos hizo reir,...

lunes, 15 de noviembre de 2010

Nos hizo correr, nos hizo reir,...

emocionar, pensar, recordar, sentir, darnos cuenta:

Fuente: InformesTVR (YouTube)

2 comentarios:

madreselva15 de noviembre de 2010, 7:10
gracias, por estos youtube, a mi me sirven para comprender ciertas cosas que desde lejos es dificil ver.
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Caléndula15 de noviembre de 2010, 9:51
Me alegra mucho que le sirva madreselva y comprendo que en otro contexto hay muchas cosas que se escapan, como por ejemplo las emociones que se vivieron y se siguen viviendo día a día.
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La política, la fe y la razón

¨La política es como la fe. No hay razones para creer en Dios. No hay razones para no creer en Dios. Dios es indemostrable. Todos esos ejercicios que radican en demostrar su existencia o su inexistencia son banales. En su camino hacia Dios llega un momento en que la razón, impotente, se detiene. El que quiera creer tendrá que saltar. El que no pueda saltar no creerá. El salto es la fe. Es un salto sobre un abismo, un salto sin red. De aquí que la fe no sea la razón. La razón procede por sumatorias que convergen en la demostración de algo. Hay un hilo conductor. Nunca aparece el abismo. La razón construye un camino seguro, sólido. Si pretende demostrar algo sobre Dios se sorprenderá siempre en cierto momento: un abismo se abre ante ella y no puede avanzar. Carece de pruebas empíricas, verificables. Uno de los grandes principios de la razón es la posibilidad de la verificación empírica. Dios no es verificable empíricamente. Ese es el abismo. Ahí, si aparece, se necesita la ayuda de la fe. La fe me permite saltar el abismo de la imposibilidad empírica.¨ (José Pablo Feinmann, Soberanía y poder, Página12)

Tao

Mi amiga tenía razón

¨En general las vidas parecen virar bruscamente de una cosa a otra, moverse a empellones y trompicones, serpentear. Una persona va en una dirección, gira abruptamente a mitad de camino, da un rodeo, se detiene, echa a andar de nuevo. Nunca se sabe nada, e inevitablemente llegamos a un sitio completamente diferente de aquel al que queríamos llegar. ...¨ (Paul Auster en La habitación cerrada)

Mi amiga, compañera de ruta en esto de pensar, tenía razón cuando me decía: ¨uno no va donde quiere sino donde llega¨

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