
Hoy escuché en la radio a Gabriel Rolón decir que ¨nacemos incompletos... y que por eso vivimos la vida intentando encontrar eso que nos permita volver a sentir la sensación de completud¨ que seguramente tuvimos en el vientre de nuestra madre y en los años de la primera infancia. ¨Una de esas cosas es el amor¨.
Debe ser verdad. Yo recuerdo haber tenido, en aquel tiempo, esa sensación de completud de la que fui consciente luego, cuando algunas ráfagas de conciencia vinieron a desmentir ese envoltorio ilusorio con el que que mi madre se encargó de cubrirme. Se fue rompiendo con las primeras decepciones: cuando tuve que decidir alguna pequeñez por mí misma, cuando tuve que taparme sola en la cama porque mi mamá dejó de hacerlo, cuando caminando varias cuadras hacia la escuela con el portafolios cargado de libros, se me congelaron las manos.
Parecía un rito de iniciación: tenía que encontrarme con eso que llamaban realidad y yo no quería, añoraba que me cuidaran, añoraba quedarme al calorcito de la cocina a leña junto a mi papá tomando mate y mi mamá haciendo la comida, pero no había vuelta debía hacerlo y lo tenía que hacer sola. Es una etapa de mi vida que luego olvidé absolutamente, que hoy vengo a recordarla gracias a Rolón, pero a partir de ahí empecé a hacer cosas por mí misma, aprendí a no aferrarme a nadie, a no mendigar cuidados, pero también a sentir un nudo en la garganta cuando veía a un niño solo, al frío y sin abrigo.
Se que algo de esto me hizo agradecida e hizo también que me resulte tan lindo y me sorprenda cuando viene alguien a visitarme sin aviso o cuando alguien se decepciona porque me fui y me lo dice... Cosas así me producen algo parecido al amor... no se qué amor... porque no se qué es el amor... no es un amor dependiente... pero me alegra que el otro esté allí de vez en cuando... Me pregunto ¿qué es lo que intercambiamos con los otros?. Seguramente que el que me da algo ni sepa lo que me da, tal vez es una palabrita que me deja tildada, o una pregunta como las que me hace Monchito o que continúen mi cuento como Gabriel o que Madreselva me diga dónde encontrar la belleza o que la dulce de Lorey me aliente o que un Fantasma me pregunte por qué necesito que me hablen. Entonces puede que cualquier cosa verdadera sea lo que me hace sentir que no morí todavía.
Pero si nadie sabe lo que me da tampoco yo se lo que recibo, lo aseguro.
Un amigo filósofo me habló alguna vez de una rara definición de amor: ¨amor es dar lo que no se tiene a alguien que no lo es¨. Ese día no la comprendí pero hoy me pregunto si esa frase tan difícil de entender no tendrá algo que ver con lo que hoy les relaté.