La mayoría de las críticas a los Kirchner se asientan en supuestas intenciones ocultas, espúreas, terribles, maquiavélicas, diabólicas, patoteras, etc., etc., etc. ¿Cómo se prueban las intenciones del otro?. ¿No es mejor evaluar su gestión por las decisiones que se toman, se tomaron y se tomarán?
Porque como dice Victor Hugo Morales las medidas, las leyes, las transformaciones logradas quedan, es muy difícil que un próximo gobierno pueda dar marcha atrás con decisiones ya tomadas dirigidas a incluir, a democratizar, a una mayor participación del pueblo en los bienes públicos, aunque, a decir verdad, no estoy muy segura que no pueda ocurrir.
Porque me imagino a Ricardo Alfonsín de presidente y digo, si el padre tuvo tantas presiones y debió recular, que podemos esperar de su hijo por más buena persona que sea. Si fuera Macri, qué decir, volvemos a las privatizaciones porque creo que con su gestión en la CABA quedó claro que para él gestión es negocio, lo que no da plata, afuera, más o menos como Menem: ramal que para ramal que cierra. Si fuera Duhalde, me corre un cierto escalofrío como el que siento ante personas que sé que esconden cosas pero no se qué cosas, aunque de este señor me lo puedo imaginar.
Por una original manera de pensar el kirchnerismo,
por un modo posible de salir de la pelea constante, leéte este post
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