
Addenda: Ya no leo los diarios de la derecha. Si hay algo que vale la pena, alguien siempre me lo dice. Esta vez me dijeron: “Leé la nota que Beatriz Sarlo publicó el jueves 28 en La Nación”. La leí. Dice: “Pensé también en los que formaron el lado intelectual del conglomerado que armó Kirchner. Con ellos he discutido mucho en estos años. Sin embargo, me resulta sencillo ponerme en su lugar. Muchos vienen de una larga militancia en el peronismo de izquierda; vivieron la humillación del menemismo, que fue para ellos una derrota y una gigantesca anomalía, una enfermedad del movimiento popular. Cuando los mayores de este contingente representativo ya pensaban que en sus vidas no habría un renacimiento de la política, Kirchner les abrió el escenario donde creyeron encontrar, nuevamente, los viejos ideales. Pensé que se engañaban, pero eso no borronea la imaginación de su dolor”. Hace muchos años que conozco a Beatriz. Sinceramente creí que el odio había extraviado su inteligencia durante los últimos tiempos. Y lo lamenté, sinceramente también. Esta nota que ha publicado, no sólo por estar al lado de la de un obsesivo y un tipo que me importa lo que pueda importarme un plumero, es de una nobleza excepcional. Si tu mano es una mano tendida, Beatriz, contá con la mía para estrecharla.¨ (el resaltado es mío)
Pero también quiero dejar linkeado el artículo de Beatriz Sarlo por la brillantez y por el valor que adquiere su escrito por haber sido ella una crítica muy fuerte del kirchnerismo, pero también por algo de mayor valor aún: su honestidad intelectual. Su artículo, pieza imperdible, se titula: La vida cara o seca y fue publicado en La Nación
Esa nota de Sarlo fue lo mejor que se escribió al respecto en un medio opositor.
ResponderEliminarSaludos.
La Nación -un medio donde escriben miserables tales como Majul, Grondona, Fraga y Solá- no merecía un artículo de la estatura ética que tiene el de Sarlo.
ResponderEliminarEs cierto Caléndula, hay que reconocer su honestidad intelectual.
Saludos