«Nunca nadie ha escrito o pintado, esculpido, modelado, construido, inventado
sino para salir realmente del infierno». (
Vincent Van Gogh)

sábado, 18 de septiembre de 2010

¿Por qué soy kirchnerista?

Por Nacho Molina (*)

Soy kirchnerista porque soy responsable;
Porque soy padre;
Porque la paternidad y la treintena me ablandaron el ego y el narcisismo;
Porque los hechos me demostraron que es muy fácil y simplista creer que uno haría las cosas mejor que los que las hacen y me ubicaron mejor en la realidad;
Porque dejé de creerme parte de una vanguardia iluminada y pasé a integrar las filas del populismo;
Porque en los últimos años la palabra política dejó de ser una mala palabra;
Porque con el kirchnerismo se instalaron temas que parecían acabados e imposibles de revivir;
Porque las discusiones sobre política dejaron de ser teóricas y utópicas para instalarse en la realidad concreta y cotidiana;
Porque con el kirchnerismo volvieron a escucharse palabras como Estado, justicia y distribución no sólo como parte de consignas panfletarias;
Porque no me creo tan puro como para no apoyar al gobierno pese a sus evidentes falencias y contradicciones;
Por la formidable asignación universal por hijo;
Por la notable reducción de los índices de desempleo, pobreza e indigencia;
Por la estatización de las jubilaciones;
Por los millones de personas que se pudieron jubilar sin haber hecho aportes;
Por los aumentos periódicos de jubilaciones y salarios;
Por la ley de medios;
Por la derogación de la ley de obediencia debida y por la inconstitucionalidad de los indultos;
Por el descabezamiento de las Fuerzas Armadas y la policía;
Porque el kirchnerismo tiene los enemigos políticos que yo quiero tener;
Por el apoyo constante a la producción y el fomento de las pequeñas y medianas empresas;
Por la estatización del correo, de las fábricas de aviones y de las transmisiones de fútbol;
Por haber puesto a los militares y a la Iglesia en su lugar;
Porque hoy no es conocido el nombre del jefe del Ejército;
Por el intento de la 125 y los discursos de Cristina en la Plaza de Mayo;
Por el espanto de los gorilas de toda clase;
Por la reinvidicación de los derechos de los pueblos originarios;
Por la ley de bosques;
Por la futura ley de entidades financieras, por los discursos de Cristina en general;
Por la ley que refuerza los derechos de las empleadas domésticas;
Por el principio de no reprimir las protestas sociales;
Por el apoyo a las cooperativas de construcción de viviendas;
Por autoproclamarse como un gobierno popular;
Por la fiesta del bicentenario;
Por la ley de medicamentos genéricos;
Por haber descolgado el cuadro de Videla y por haber colgado los cuadros de próceres latinoamericanos en la Casa Rosada;
Por la amistad con los gobiernos latinoamericanos que impulsan el socialismo del siglo XXI;
Por canal 7 y por canal Encuentro;
Por la ley de inmigrantes;
Por la derogación de la ley de flexibilización laboral;
Por el apoyo a las Madres de Plaza de Mayo y por acompañar la búsqueda de hijos de desaparecidos por parte de las Abuelas;
Porque muchos periodistas e intelectuales que respeto son kirchneristas y porque muchos periodistas e intelectuales nefastos son furiosos antikirchneristas;
Porque ya no vienen cada dos meses los representantes del FMI a dar órdenes a los ministros de Economía;
Por no haber cedido a los pedidos de ajuste de la oposición tras perder la elección legislativa;
Por el aumento para el presupuesto destinado a la educación;
Por la expropiación de la ESMA;
Porque imagino que si no se dejara influenciar por su antiperonismo mi papá sería kirchnerista;
Por todo lo que falta;
Porque sé que estoy muy lejos de vivir en una sociedad ideal pero que lo único que puedo hacer para acercarme a eso es empujar al gobierno criticándolo y corriéndolo pero también reivindicando sus conquistas;
Porque si se cae el kirchnerismo no viene un gobierno revolucionario y superador sino uno de derecha y reaccionario;
Me siento kirchnerista no porque sea un adulador incondicional de Néstor y de Cristina sino porque sé que sus zonas oscuras y las presuntas mafias que las sostienen no son patrimonio exclusivo de este movimiento sino de toda la sociedad, y nadie tiene por qué sentirse al margen de ella;
Soy kirchnerista porque creo que para cruzar el río hacia la orilla más limpia primero hay que embarrarse los pies.

(*) Nacho Molina nació en Bahía en 1976. Escribió los libros Los estantes vacíos (cuentos, Entropía), Viajemos en subte a China (poemas, Pánico el Pánico) y Tribus urbanas (crónica, Kier). Integra el colectivo artístico El Quinteto de la Muerte, que acaba de sacar por Una Ventana La fiesta de la narrativa. Mantiene el blog Unidad funcional. Es papá de Fausto y vive en Buenos Aires.

Fuente: De qué me quieren convencer
Un análisis del poder
ENSAYO DE FILOSOFÍA POLÍTICA SOBRE PODER Y COMUNICACIÓN
Por José Pablo Feinmann


El discurso que la presidenta CFK ofreció el 24 de agosto fue más allá de lo que han ido todos los discursos de los presidentes argentinos hasta la fecha. Nadie –ni siquiera el primer Perón o Evita– procedieron a una destotalización de la estructura del poder en la Argentina. Analíticamente, destotalizó, en primer término, la totalidad y luego la armó otra vez para exhibir su funcionamiento. ¿De qué estaba hablando la Presidenta? Del poder en las sombras, del poder detrás del trono, del verdadero poder. ¿Cuál es? Es el poder mediático.

La filosofía occidental de los últimos 45 años se ha equivocado gravemente. Para salir de Marx y entrar en Heidegger (como crítico exquisito de la modernidad pero desde otro lado al de Marx) se vio obligada a eliminar al sujeto, tal como Heidegger lo había hecho con innegable brillo desde su texto La época de la imagen del mundo. También Michel Foucault dio por muerto al hombre. Barthes, al autor. Al estilo. Deleuze, desde Nietzsche, a la negatividad, o sea: al conflicto en la historia. Y la academia norteamericana sistematizó todo esto incorporando con fervor a los héroes de la French Theory. El fracaso es terrible y hasta patético. En tanto los posmodernos postulan la muerte de la totalidad, el Departamento de Estado postula la globalización. En tanto proponen la muerte del sujeto, el Imperio monta brillantemente al más poderoso sujeto de la filosofía y de la historia humana: el sujeto comunicacional. Y ésta –hace años que sostengo esta tesis que en Europa causa inesperado asombro cuando la desarrollo– es la revolución de nuestro tiempo.

El sujeto comunicacional es un sujeto centrado y no descentrado, logocéntrico, fonocéntrico, ajeno a toda posible diseminación, informático, bélico, enmascarador, sometedor de conciencias, sujetador de sujetos, creador de realidades virtuales, creador de versiones interesadas de la realidad, de la agenda que determina lo que se habla en los países, capaz de voltear gobiernos, de encubrir guerras, de crear la realidad, esa realidad que ese sujeto quiere que sea, quiere que todos crean que es, que se sometan a ella, y, sometiéndose, se sometan a él, porque lo que crea el sujeto absoluto comunicacional es la verdad, una verdad en la que todos acabarán creyendo y que no es la verdad, sino la verdad que el poder absoluto comunicacional quiere que todos acepten. En suma, su verdad. Imponer su verdad como verdad para todos es el triunfo del sujeto comunicacional. Para eso debe formar los grupos, los monopolios. Debe apoderarse del mercado de la información para que sólo su voz sea la que se escuche. Para que sean sólo sus fieles periodistas los que hablen. Una vez que esto se logra el triunfo es seguro. El arma más poderosa de la supraposmodernidad del siglo XXI radica en el mayor posible dominio de los medios de información. Que ya no informan. Que transmiten a la población los intereses de las empresas que forman el monopolio. Intereses en los que todas coinciden.

Asombrosamente ningún filósofo importante ha advertido esta revolución. Foucault se pasó la vida analizando el poder. Pero no el comunicacional. ¡Por supuesto! ¿Si había negado al sujeto cómo iba a analizar los esfuerzos del poder por constituirlo de acuerdo a sus intereses? Nadie vio –además, y se me antoja imperdonable– al nuevo y monstruoso sujeto que se había consolidado. Superior al sujeto absoluto de Hegel. Algo atisbó Cornelius Castoriadis. Pero poco. Relacionó las campañas electorales con las empresas que las financian. Pero –insisto–, aquí lo esencial es que el tema del sujeto ha vuelto a primer plano. Colonicemos al sujeto, hagámosle creer lo que nosotros creemos, y el poder será nuestro. El poder empieza por la conquista de la subjetividad. Empieza por la construcción de algo a lo que daré el nombre del sujeto-Otro.

Formulemos –como punto de partida de esta temática esencial– la obligada pregunta: ¿qué es el sujeto-Otro? Es lo Otro del sujeto. Escribo Otro con esa enorme O mayúscula para marcar la ajenidad que el Poder consigue instaurar entre el sujeto y lo Otro de sí. Heidegger transitó bien está temática. Lo que yo llamo sujeto-Otro es ese sujeto que –según Heidegger– ha caído “bajo el señorío de los otros” (Ser y Tiempo, parágrafo 27). He aquí un señalamiento brillante y preciso: el señorío de los otros. Heidegger amplía el concepto: quien cae bajo ese señorío (el de los Otros) “no es él mismo, los otros le han arrebatado el ser”. “El Poder, al someter mi subjetividad, elimina mis proyectos, mi futuro más propio, lo que hubiera querido hacer con mi vida. Mis posibilidades (...) son las del Otro, son las del Poder, las que me vienen de afuera. Ya no soy yo quien decide, soy decidido” (JPF, La historia desbocada, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2009, p. 128). Heidegger, sin embargo, se remite a la esfera ontológica: lo que se pierde es el ser. No creo que debamos poner el acento ahí: lo que se pierde es la subjetividad, la conciencia, la autonomía de pensar por nosotros mismos, pues pensamos lo que nos hacen pensar, decimos lo que nos hacen decir y nos convertimos en patéticos, bobos, manipulados defensores de causas ajenas.

CFK manejó la temática con precisión y con una audacia que –yo, al menos, y ya tengo mis años viviendo siempre en este país– no le vi a ningún presidente. Cuando retoma la frase de tapa de Clarín y la da vuelta es donde revela qué es el Poder. Clarín titula: “El Gobierno avanza en Papel Prensa para controlar la palabra impresa”. Detrás de esta frase está toda la campaña “erosionante” (por utilizar un concepto del revolucionario popular agrario Buzzi, fiel a sus bases hasta la muerte, hasta matar a la FA sometiéndola a los intereses de la Sociedad Rural, manejada hoy por el “Tano” Biolcati, descendiente de la “chusma ultramarina” que Cané desdeñaba, y no por Martínez de Hoz o por el elegante señor Miguens) de la oposición. Es decir, el Gobierno es autoritario, enfermo de poder y siempre empeñado en silenciar a todos. CFK le da la razón a Clarín: “Clarín piensa que quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa. Quiero en esto coincidir con Clarín. Claro, quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa. ¿Por qué? Porque Papel Prensa Sociedad Anónima es la única empresa que produce en el país pasta celulosa para fabricar papel de diario, fabrica el papel de diario, lo distribuye y lo comercializa en lo que se conoce en términos económicos y jurídicos como una empresa monopólica integrada verticalmente. ¿Por qué? Porque va desde la materia prima hasta el insumo básico, pero no solamente produce ese insumo básico sino que además determina a quién le vende, cuánto le vende y a qué precio le vende. Por eso coincido con Clarín en que quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa en la República Argentina”.

El Poder –en cada país– tiene que formar monopolios para tener unidad de acción. No se tiene todo el poder si se tiene sólo Papel Prensa, que implica, es verdad, el control de la palabra impresa. Pero hay que tener otros controles. Sobre todo –hoy, en el siglo XXI, en esta supraposmodernidad manejada por la imagen– el poder de la imagen. Y el de la voz radial, siempre penetrante, omnipresente a lo largo de todo el día. Se trata de la metralla mediática. No debe cesar. ¿Por qué este Gobierno se complica en esta lucha con gigantes sagrados, intocables? O lo hace o perece en cualquier momento. Desde la campaña del señor Blumberg se advirtió que los medios podían armar una manifestación popular en pocas horas. Toda la gilastrada de Buenos Aires salió con su velita detrás del ingeniero que no era e impulsada por Hadad y la ideología-tacho que –en ese entonces– era una creación de Radio 10. La ideología-tacho es un invento puramente argentino. Como el colectivo, el dulce de leche y Maradona. Uno toma un taxi en cualquier parte del mundo y el taxista no lo agrede con sus opiniones políticas. Lo deja viajar tranquilo. Sigamos: la segunda, terrible señal de alarma fue durante las jornadas “destituyentes” y “erosionantes” del “campo”. Sin el apoyo inmoderado de “los medios” habría sido un problema menor. Pero la furia mediática llegó a sus puntos más estridentes. La “oposición” no es esa galería patética de ambiciosos, torpes e impresentables políticos que pelean mejor entre ellos que con sus adversarios. Son los medios. La derecha no tiene pensadores, tiene periodistas audaces, agresivos. Y la mentira o la deformación lisa y llana de toda noticia es su metodología.
El análisis de CFK fue excesivamente rico para una sola nota. Hasta aquí tenemos: Videla convocó a La Nación, Clarín y La Razón y les entregó Papel Prensa. Al ser el Estado desaparecedor socio de la sociedad que se formó, esos diarios no sólo apoyaron o colaboraron con un régimen abominable, fueron sus socios. ¿Para qué? CFK lo dice así: “Durante esos años se escuchaba mucho el tema defender nuestro estilo de vida. Nunca pude entender exactamente a qué se referían cuando se hablaba de defender nuestro estilo de vida. Yo no creo que la desaparición, la tortura, la censura, la falta de libertad, la supresión de la división de los poderes puedan haber formado en algún momento parte del estilo de vida de los argentinos”. Sí, en el momento en que se constituye Papel Prensa y Videla les pide a los grandes diarios que –ahora sí: a muerte– defiendan la lucha en que están empeñados, el estilo de vida argentino, para ser defendido, requería los horrores de la ESMA. Hay un libro de Miguel Angel Cárcano: El estilo de vida argentino. En sus páginas se traza una imagen idílica, campestre, cotidiana y señorial del general Roca. Ese es –para Cárcano– un héroe de nuestro estilo de vida. El de ellos, el de la oligarquía que hizo este país a sangre fuego y a sangre y fuego lo defendió siempre que se sintió atacada. Los herederos de Cárcano y Roca todavía lo defienden. Si se les deja el poder de “formar la opinión pública” como siempre lo hicieron volveremos al país que desean: el del neoliberalismo, el de los gloriosos noventa. Conservarán el poder. Al que CFK dibujó así: “Si hay un poder en la República Argentina, es un poder que está por sobre quien ejerce la Primera Magistratura, en este caso la Presidenta, también por sobre el Poder Legislativo y, mal que pese, también por sobre el Poder Judicial (...) es invisible a los ojos”. Es el poder que tan impecablemente definió un otrora misterioso personaje: “¿Presidente? Ese es un puesto menor”.

Fuente: DiarioLibre.info

El momento de lo popular.


Creo que el sentido de la política, revivida, revitalizada en estos tiempos, apunta a reposicionar, a hacer visible lo popular, la propia cultura, lo nuestro, lo nacional, en un movimiento hacia la autonomía, la dignidad, sin que esto signifique soberbia. Abandonar el servilismo no es soberbia sino empezar a creer en nosotros, dejarnos de declamar sobre nuestras capacidades y empezar a utilizarlas, a ponerlas al servicio de una nación más justa y equitativa, en donde haya lugar para todos, los ricos, pero también para las clases trabajadoras. Para que los ricos dejen de pensar que se les debe servidumbre y comprendan de una vez que ellos sin el trabajador no son nada.

Buscar una Argentina con estilo propio en un mundo globalizado que se destruyó a sí mismo por la avaricia de los grandes intereses. Es nuestro tiempo como argentinos pero también como parte de una América Latina que siempre fue sojuzgada, sometida y colonizada económica e ideológicamente.

Creo que muchas de las voces que hoy no pueden comprender de esta manera el proceso que estamos viviendo, son muestras del resabio de ese coloniaje. Este proceso de pensamiento propio argentino recién comienza y pretende dar lugar a las bases, a los trabajadores, ellos son los que tienen que entender esto más que las cúpulas, porque el antídoto contra la manipulación y el sometimiento es el movimiento desde abajo.

Hay avances y retrocesos en esta lucha que es muy dura, pero me siento agradecida de poder vivir lo que estamos viviendo, de poder pensar nuevamente la historia y resignificarla con la ayuda, muchas veces, de los mismo protagonistas -obviamente invisibilizados por el predominio de la historia contada por los que ganaron-. Pero también con la ayuda del tiempo transcurrido y de haber sido testigo de tanto desmán cometido y de tanta sangre derramada en nombre una ¨reorganización nacional¨ o de una ¨revolución productiva¨.

Una vez que las cosas ocurren, sus efectos, además de sentirse en el cuerpo de la sociedad, se justifican en el terreno de lo simbólico. Por eso la interpretación de la historia es algo esencial si queremos corregir algo. Según cómo la leemos será lo que haremos en nuestro presente. A mi entender hoy, a los argentinos, nos caben dos caminos posibles: el camino de la dignidad o continuar por el camino del coloniaje, viviendo y enarbolando ideas o teoría de otros para otros tiempos y para otros países. Y me refiero con esto a las ideas que el liberalismo enarbola y la concepción de hombre o ser humano que subyace a su concepción.

Y para terminar, creo que las breves palabras que Hugo Yasky pronunció en el Luna Park como cierre de campaña de la lista 10 sindical, resumen con claridad este momento de nuestra historia, cuál es la dirección y el mandato insoslayable que nos convoca.

Nosotros sabemos que este tiempo, que en la Argentina hubo un símbolo en el 2005 cuando en esa marcha multitudinaria en Mar del Plata, la voluntad mayoritaria de los presidente de América Latina y del Caribe, le dijeron NO al amo yanky, le dijeron NO al ALCA. Esa unidad de contenido antiimperialista, anticolonial es lo que nosotros queremos forjar y esta CTA forma parte de esa construcción, somos un pedacito de la América Latina que palpita de pie la construcción de un tiempo de justicia, de independencia y autonomía. Nosotros vamos a defender de estos nuevos tiempos todo lo que hayan sido conquistas para el campo popular. Nosotros sabemos que hay muchos que sangran por la herida, que hay muchos que quisieran que los fondos de los jubilados, en lugar de ser del Estado Nacional, en lugar de tener un sistema de Reparto Público quisieran verlos otra vez en la Isla Caiman, en los paraísos fiscales en la jubilación privada. Hay que defender esas conquistas, hay que defender la asignación universal por hijo, hay que defender la estatización de Aerolíneas, hay que defender la política de derechos humanos, hay que poner el pecho para defender los avances del campo popular. Pero también somos concientes de que si estos procesos políticos no profundizan el cambio entonces se empantanan y pierden el impulso lo que equivale a ceder la iniciativa y el terreno para que los sectores vinculados al poder fáctico, los grandes multimedios, los dueños del capital, los grandes empresarios, la burguesía agraria, Bergoglio y compañía puedan recuperar posiciones. Por eso hay que profundizar los cambios, y hay mucho por lo que tenemos que pelear y mucha batalla que tendremos que dar para que este proceso continúe y termine siendo al servicio de la mayoría popular. De ahí decimos que la autonomía no equivale a la neutralidad, nosotros no podemos decir, cuando se enfrentan intereses de clase que quieren llevarse por encima al estado nacional y al sector público, que da lo mismo estar o no estar para parar las embestidas, pero lo hacemos desde la absoluta independencia. No concebimos al sindicalismo como un engranaje del esquema oficial pero tampoco concebimos a nuestra central como un engranaje de la oposición. La autonomía es responder a los intereses de la clase trabajadora y solamente a ello. Nosotros tenemos el compromiso de profundizar el avance en la disputa por la libertad y la democracia sindical, una democracia sindical que significa en términos de libertad concreta darle el paraguas legal para que los compañeros motoqueros de SIMECA, los del subte, los del pescado se puedan organizar y puedan luchar sin que los tengan que echar las patronales que se cobran cada avance de los trabajadores con el despido. Queremos que a partir del día 24 de setiembre, todos los que formamos esta central, y todos los compañeros que forman parte de las otras listas, retomemos el cauce de la unidad y no queremos una unidad que signifique estigmatizar a nadie, no queremos tampoco que el peso de los votos nos de derecho a imponer nada, queremos debate, queremos diversidad y queremos pluralismo y queremos el respeto que se merece cada compañero o compañera crea o no en este gobierno, crea o no en el sentido político de este momento, pero queremos que todo el mundo esté dentro de la CTA y todo el mundo luche por las mismas cosas, porque leimos uno por uno, las organizaciones y los movimientos sociales reunidos en esta lista para demostrar que es el máximo punto de la unidad de la Central de Trabadores de la Argentina y eso significa que ganamos porque esta lista pone de pie a la clase trabajadora y el movimiento social argentino.

Fuente: prensasuteba (YouTube)

domingo, 12 de septiembre de 2010

Sobre ¨prestar atención¨


El autor del artículo comienza relatando una situación en la película El perro andaluz de Luis Buñuel:
¨En La Vía Láctea hay una escena de excepcional riqueza: los “peregrinos” que se dirigen a Santiago de Compostela paran una noche en una posada del País Vasco,... ¨. Allí había ¨un extravagante cura, ensotanado, gigantesco, que se dirige al auditorio con voz tonante y anuncia su deseo de contar la historia de una monja que abandonó los hábitos y huyó del convento sin ver que de los ojos de la Virgen, o sea de la imagen de la Virgen, brotaban unas lágrimas.¨
En medio de la agitada escena ¨A cada rato, interrumpiendo el relato, grita: ´¡Escúchenme bien, escúchenme bien!´.
El personaje pide atención para poder seguir con su relato, para poder seguir diciendo lo que tiene para decir.

¨Exige, como es fácil de interpretar, atención o, mejor dicho, que le ´presten atención´. Los asistentes, fascinados, se la prestan. ...¨
El autor de este artículo, Noé Jitrik, se pregunta si Buñuel no habrá conocido ese pasaje del Martín Fierro, cuando el cantor narra sus desdichas y solicita: ´¡Atención pido al silencio y silencio a la atención!´


Suponiendo que Buñuel no hubiera conocido estos versos, esto significa que -dice el autor- ¨el tema de la atención late¨.

Digamos, el tema de ¨prestar atención¨ no es un tema menor,
¨puede dar lugar a un pedido explícito pero también puede estar implícito en una situación conversacional...¨ ¨o su falta puede provocar graves daños.¨
¨No es extraño que un profesor se desanime si sus alumnos no le prestan atención, y ni qué decir si a un actor le pasa lo mismo; ambos se desmoronan, cortan su relato, el relato, ..., muere; y ni hablar de los amantes: si uno de ellos o ambos no prestan atención el romance decae, uno o ambos se dicen ´qué estoy haciendo aquí´
¨Se trata, entonces, de ´prestar´ atención, lo que significa que la atención no es un bien comprable, enajenable, sujeto de propiedad sino que, sin poseerlo, se lo puede prestar¨
¨¡Curiosa condición! Algo que no sólo no es un objeto material sino que no se tiene y que sin embargo puede prestarse. Y si no se presta o, mejor dicho, si el público no la presta, puesto que el cura de marras y Martín Fierro apelan a él, la continuidad de un relato se ve tan afectada que el relato puede sufrir un colapso fatal, puede morir, lo cual es muy lamentable, es como un asesinato.¨
¨Creo, a partir de este introito, que detrás de esta expresión, ´prestar atención´, hay algo importante, o bien una condición de la comunicación –porque si falta no se establece– o, llevando las cosas al extremo, un detonador de la existencia misma, puesto que puede llevar al desfallecimiento, a la caída en picada del yo: ´¿Qué poca cosa soy si nadie me presta atención?´

sábado, 4 de septiembre de 2010





Julia Kristeva: "Quien no está enamorado ni se psicoanaliza, está muerto"


¨Julia Kristeva está hoy lejos de los grandes modelos y paradigmas de las ciencias sociales y de la teoría literaria que conmovieron el panorama universitario de los años sesenta y de los setenta. La abyección, el amor, la melancolía, ocupan sus clases y sus reflexiones. Y desde hace unos siete u ocho años todo gira en torno a su labor de psicoanalista, su consulta y sus pacientes, incluso los temas que elige para sus seminarios universitarios. Estuvo en Madrid para hablar del amor -tema de su último libro- y atrajo fundamentalmente a un público de psicoanalistas, no siempre satisfechos ante sus planteamientos ciertamente originales y heterodoxos.
¨"La muerte vive una vida humana, dijo Hegel. Esto es cierto cuando no estamos enamorados o en análisis". Julia Kristeva, después de la travesía del estructuralismo y la semiología, Mayo de 1968 y el maoísmo, es una dulce profesora universitaria, inteligente y brillante, preocupada por cuestiones cotidianas. Con ese talante habló la pasada semana en el Instituto Francés de Madrid y dijo: "Quien no escribe ni está enamorado ni se psicoanaliza, está muerto".

¨Los casos que explica Kristeva en su último libro, Histoires d'amour, tienen todos algo en común: la falta de amor. "Ser psicoanalista es saber que todas las historias terminan hablando de amor", reza la contraportada de su libro. Pero una de las mayores infelicidades en la sociedad occidental -explica- es el individualismo, que nos hace negar el amor y la solidaridad. Nuestra sociedad carece, además, de código amoroso. Para Kristeva, no hay más solución que reconciliarnos con nosotros mismos. "El individualismo occidental es también un valor importante que se puede capitalizar positivamente, y mientras nosotros nos lamentamos por nuestros excesos individualistas, los japoneses, por ejemplo, se sienten disminuidos por su falta".

...

¨"Para la gente que participamos en aquel movimiento siendo mucho más jóvenes que las grandes figuras, ahora es un momento muy importante porque es una hora cero. A mí no me interesa el sentido de la esperanza, pero pienso que no hay sentido sin esperanza". Después del desengaño de la época del compromiso político, cuando el propio desengaño deja de ser una pulsión interesante, ahora los intelectuales de la travesía de mayo se interesan principalmente "en los fenómenos subjetivos, que pueden parecer menos grandiosos pero más eficaces, porque tocan los puntos neurálgicos de la vida de cada uno".

¨Cuando se le pregunta a Julia Kristeva si se siente todavía radical, asiente, aunque sin grandes gestos ni mucha pasión, y afirma que la radicalidad de su trabajo reside precisamente en la incidencia en las vidas de las gentes, a través del "modesto compromiso del psicoanálisis", algo así como una forma absolutamente microscópica y nada trascendental de cambiar la vida, de transformar el mundo mediante la reconciliación de la gente consigo mismo.
Fuente: El artículo completo en El País

Las cursivas y los resaltados son míos.

Preguntas imposibles


¿De qué estamos hechos?. No se. Tiendo a creer que de algo que llaman materia, de una materia con impulso, con memoria, de una materia que se sobrecoge sin saber por qué, una materia que razona imperfectamente, que se re-vuelve sobre sí misma, que establece sus propias leyes, que negocia con otros para no ser aniquilada.

Una amiga que se hace siempre estas preguntas imposibles me dijo: donde va tu atención, va tu energía. Me sugiere ocuparme de mi y no de la política supongo que es porque me enoja. Me hizo pensar, como siempre, pero por más vueltas que le doy al asunto no puedo salir de la idea de que ocuparme de la política también es ocuparme de mí, tal vez de un modo indirecto. Porque, no es cualquier cosa de la política lo que me interesa, no es la militancia o el luchar para que alguien llegue al poder o sostenerlo en él a toda costa. Suele ser el tratar de entender quién es cada quién y por qué. Hay un eslabón que me falta a mí para poder resolver o pensar conflictos que visualizo yo en el escenario de la política. Esa falta me captura, me hace quedar pegada y regulando, me atasca.

No se trata del problema de la verdad, es sabido que cada uno ve las cosas desde una perspectiva diferente y con ello conforma su verdad. Sé que, llevado esto al plano de la sociedad, hay sectores que leen aquello que ocurre de una determinada manera y hay otros que lo leen de un modo casi contrario. Es más profundo, pareciera haber en juego un intento de eliminación de lo diferente, como un querer sacar del medio a todo aquello que viene a hacerme cuestionar o modificar cierta creencia o creencias. Algunos no pueden hacerle un lugarcito al otro o a lo-otro, no, no, no, este lugar es mío y se acabó. Pero, no quiero salirme por la tangente pensando que los que son así son unos hijos de puta. Estoy convencida que creen tener la razón y quieren hacerla prevalecer.

Pero aquí está el problema, yo sé que los motivos verdaderos para opinar de un modo u otro, siempre quedan ocultos, lo que aparece en la conciencia no es más que el justificativo razonable que prepara el terreno para que, una vez consumado el acto, la intención no quede al descubierto. Ejemplo, si quiero deshacerme de ese gato molesto que viene a maullar a mi puerta busco un motivo socialmente aceptable para que cuando se sepa no me ponga roja de vergüenza, diré tal vez que era maligno y estaba sarnoso. Llevado esto a otro terreno, si yo quiero sacarme de encima a esos imberbes que vienen a querer cambiar las cosas para que haya más inclusión, lo primero que hago es nominarlos de algún modo, por ejemplo los llamo subversivos y luego ya estoy justificado para tirarlos al río desde un avión. ¨Deberíamos haberlos matados a todos¨ dijo hace poco un milico. ¿Qué suponían que no iban a quedar retoños de esos que mataron? -pregunté el otro día- y una amiga me contestó: ¨por eso se llevaron a los hijos¨. Un escozor me corrió por el cuerpo.

Pero vayamos más a lo concreto del tema. Por ejemplo el Fútbol para Todos nos cuesta a cada contribuyente 6 pesos y con eso se sustenta un sistema público que hace llegar el fútbol a personas que lo añoraban desde que TCySport (del Grupo Clarín creo) se apropiara de él y no podían sino ver a su club favorito en diferido y los partidos del mundial o algún clásico en la pantalla de un bar. No puedo entender que haya gente, y no diferencio por clases sociales sino por mentalidad, que digan que el gobierno usa SU plata para esas dádivas populistas, que los vagos vayan a trabajar.

No puedo creer que haya personas que no puedan entender la carencia, el nacer en la carencia, que se crean que el liberalismo y la libertad es un derecho universal a disposición de cualquiera cuando en realidad sólo puede ser ejercido por aquellos que están en una posición determinada, en posesión de algún bien o privilegio.

Por eso amo a este gobierno, porque se enfrenta a estos sectores, y no sé si tendrá ocultos motivos espúreos e inconfesables que lo impulsan, pero a mi me importa lo que hace en la medida que va pudiendo y lo dejen gobernar.

Escucho comentarios de señoras o señores que llaman a la radio a Víctor Hugo Morales cuando defiende el Fútbol para Todos diciéndole: ¨¿no le parece que hay mucha pobreza como para gastar tanta plata en el fútbol para todos?¨. Yo le diría, no señora, no señor, no se trata de una cosa o la otra se trata de las dos cosas, y este gobierno, con la asignación universal por hijo, abriendo fábricas cerradas, haciendo obra pública, subsidiando a jefes y jefas de hogar, incentivando a las Pymes, incentivando la industria y muchas cosas más que se me escapan, está trabajando para eso o al menos van en esa dirección. Yo le diría a esa señora que si su marido tiene dinero encanutado o se lo lleva del país, que piense un poquito y que lo invierta aquí, si tanto le interesan los pobres.

Entonces como este dilema no lo puedo resolver, vuelvo y vuelvo sobre el asunto y se me acrecienta el deseo de que el kirchnerismo gane las elecciones, me angustia cuando escucho a Biolcatti, Grondona, Eliaschev, Leuco, al Tata Yofre, a la Carrió, Fernando Iglesias, etc. etc. hablar de las intenciones del gobierno y atribuirle una malignidad supina. ¿Qué tendrá esa gente que me produce tanta repugnancia?. ¿Será verdad que vemos en los otros lo que es nuestro?. ¿Qué tendré yo de hija de puta? Lanata considera débil a Magnetto y a Clarín, absolutamente contraria a esa idea, yo considero débil al gobierno porque no los dejan gobernar y sin embargo siguen adelante, no nos han dejado solos ni nos han traicionado a los que creemos en ellos.

Entonces, creo que la pregunta imposible mía es qué es el poder, quien lo tiene y en esencia, por qué cuando alguien lo tiene se aferra a él y no lo puede soltar o hacerlo circular. Ya llegará el momento de los opositores, que no es este, porque si ganan las elecciones muchas de las conquistas logradas volverán para atrás.

Gracias a vos lector, que me diste un lugar y me leiste.