«Nunca nadie ha escrito o pintado, esculpido, modelado, construido, inventado
sino para salir realmente del infierno». (
Vincent Van Gogh)

miércoles, 4 de enero de 2012

Resolución




Sofía caminaba por la acera, la mirada perdida hacia ese adelante incierto, como en aquel último día de la secundaria después de la despedida.

Volvía pausada, por las callecitas vacías, tenebrosas, húmedas. Aquellas carcajadas la distrajeron, no tuvo miedo, al fin y al cabo parecían niños extraviados como ella. Una vez más, lo ocurrido no había coincidido con lo imaginado. No tenía ni decepción, ni bronca, ni tristeza. Sólo nada. La fiesta había sido eso, lo que tenía que ser, un acontecimiento singular, ocurrido de ese modo, irrepetible, ni feo ni lindo, ni malo ni bueno. Sentía que ella también había sido ella, la que era, la que había sido, sin inventarse. No había capturado miradas especiales, ni de admiración ni de rechazo, eso le había gustado.

Caminando, así, descalza, con los zapatos en la mano, se le cruzaban por la mente antiguas imágenes de noches parecidas; supo que ya era hora de cerrar el libro de los recuerdos. El tiempo de la nostalgia había concluido, en el mismo instante en que comenzaba a filtrarse la luz del amanecer por los cortinados del salón de fiesta.

Le pareció que, desde aquel lejano momento, a sus 17, desde aquel adiós a su escuela, se había quedado sentada en el cordón de la vereda todos esos años, negándose a cruzar la calle, para encontrar esa otra vida que ya no era la de su adolescencia. Había estado allí demasiado tiempo. Se había engañado pensando que encontraría algo, algo que nunca supo qué era. Ilusa. Perdida. Atrapada en espejismos.

Al llegar a la casa, sólo vio el desorden, resto patético del la noche anterior. Entró silenciosa, no quería despertar a Ernesto. Se dirigió a la cocina, unos mates a solas consigo misma no le vendrían mal. Vio que sobre la hornalla apagada había una carta. ¨Sra Sofía¨ decía el sobre. Era letra de él. La abrió extrañada y leyó:

Querida señora:

Creo que ha llegado el momento de que me vaya. La he cuidado con amor y he tratado de interpretarla como mejor pude, tal como usted quería; de leer sus ansias, de consolar sus angustias. No se si lo he logrado, pero si sé que lo he hecho con dedicación. En los últimos tiempos me pareció notar que usted ya no necesitaba de este servicio, que usted ha ido alcanzando un estado diferente, más pausado, menos angustioso. Me parece ahora que, mis consignas y supuesta sabiduría, no sólo ya le resultan innecesarias sino que, al contrario, la perjudican al desviarla de su camino propio.

Yo fui el que la ató a la nostalgia, a los antiguos sentidos e ideales. Esta noche fue especial para mí, me sentí extraño, sin saber si yo me había desenlazado de usted o usted de mi. Lo cierto es que me la imaginé caminando, sola y concentrada en sus cosas y vi que ya no tenía mi lugar a su lado; mis rigideces me lo impiden.

Sepa, señora, que no me alejaré totalmente. Si usted me busca, seguro que me dejaré encontrar, no puedo con mi genio. He sido lo que soy, he sido como usted quiso, hasta el extremo. Al irme me llevo eso que ya no le sirve. Soy lo que no le sirve. Primero me nombré a mi mismo como escribiente, pero en verdad, traté de ser su exégeta. Estoy seguro que estará de acuerdo con mi decisión. No llore, se que en este momento se humedecen sus ojos. No los empañe para que puedan ver claro, ellos están para ver lo nuevo que ahora está descubriendo. No cabe que le pida perdón porque tal vez sea a raíz de mis fallas, justamente, que usted ha podido avanzar hacia otra cosa. Así es. Mi fracaso es su triunfo y su posibilidad de vivir. Eso, aunque es triste para mí, me compensa.

No le digo adiós ni hasta luego, sino simplemente que ya no estoy.

Ernesto

Sofía dobló la carta y a pesar del velo húmedo de sus ojos, una sonrisa se dibujó en sus labios. Fue hacia su habitación, despejó la cama de las prendas tiradas en la víspera y se acostó. Se durmió, lentamente, y con la misma persistente sonrisa.


FIN

1 comentario:

  1. Tal vez es el tiempo de sincronizar corazón y pensamientos !! Sofía podrá !! La magia todo lo puede !! Final impreso en un mar... sin huellas visibles...!

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