Hola Caléndula, disculpa por mi tardanza, me ha gustado mucho la primera canción, es la del solitario, la del soltero o persona que ha de buscar en la lucha por encontrar un partenaire el motivo de su existencia, y más en este mundo tan mercantilizado e inhumano donde ya nadie se saluda en las calles, donde al encontrarse dos personas en un callejón sin salida no es que no se saluden sino que buscan ambos en el contenedor de turno por si hay una estaca o un palo. Hay rotos muchos símbolos ya, hace falta construír ya, ya no es hora de la deconstrucción negativa, ahora toca la positiva.
Un fuerte abrazo que cruce el Atlántico, un abrazo amigo de:
Cuando leí tu comentario, Vicent, no pude menos que pensar en que tus palabras transmiten una sensación de ruptura que, creo, es propia de los momentos de crisis, donde todo se cae, y parece que nada queda en pié. Me remite un poco a mis sensaciones del 2001 y te entiendo. Por suerte lo nuevo tarde o temprano aparece, con su nueva impronta, no se si mejor o peor que la anterior, pero nueva. Y eso permite volver a creer en algo. Porque no se puede vivir sin creer. Hay que estar siempre renaciendo. Un poco como Prometeo.
Hola Caléndula, disculpa por mi tardanza, me ha gustado mucho la primera canción, es la del solitario, la del soltero o persona que ha de buscar en la lucha por encontrar un partenaire el motivo de su existencia, y más en este mundo tan mercantilizado e inhumano donde ya nadie se saluda en las calles, donde al encontrarse dos personas en un callejón sin salida no es que no se saluden sino que buscan ambos en el contenedor de turno por si hay una estaca o un palo.
ResponderEliminarHay rotos muchos símbolos ya, hace falta construír ya, ya no es hora de la deconstrucción negativa, ahora toca la positiva.
Un fuerte abrazo que cruce el Atlántico, un abrazo amigo de:
Vicent
Cuando leí tu comentario, Vicent, no pude menos que pensar en que tus palabras transmiten una sensación de ruptura que, creo, es propia de los momentos de crisis, donde todo se cae, y parece que nada queda en pié. Me remite un poco a mis sensaciones del 2001 y te entiendo. Por suerte lo nuevo tarde o temprano aparece, con su nueva impronta, no se si mejor o peor que la anterior, pero nueva. Y eso permite volver a creer en algo. Porque no se puede vivir sin creer. Hay que estar siempre renaciendo. Un poco como Prometeo.
ResponderEliminarAbrazos.