Aún, entrada en años, como la niña, seguía preguntándose, con ese espíritu endemoniado que no le daba paz: ¿por qué no encontraba entre sus congéneres inquietudes parecidas?.
No había sido pasajera su tendencia a envolverse en una atmósfera melancólica, a solazarse en la pura contemplación, a buscar entre las letras, profundas y sabias palabras. ¿Qué buscaba desde siempre la niña adolescente que, en lugar de empolvar sus jóvenes encantos para ser amada, envolvía con preguntas todo aquello que miraba?.
¿Qué le faltó a la niña, que no pudo alivianar su existencia?. Ser semejante al semejante. No le faltaron cosas, pero algo le había faltado, algo que la lanzara al ruedo común de los mortales. Se repetía las palabras de Fausto*
Sigue, sigueCada mañana, en su morada, se encontraba con la misma incógnita.
a ver si aciertas
con la alegre clave
de este rompecabezas que persigues.
(*) de Goethe
En el blog que has escrito la lengua utilizada era el francés, era un blog en el que intentaba escribir en francés y castellano, lo que pasa es que sólo tengo un artículo sobre el nudo que he hecho con mis tres lenguas y no he seguido más, el otro blog, en el que tengo más escritos es donde están en catalán-valenciano.
ResponderEliminarY sobre el cuento decirte que es mi lucha de todos los días, ser aceptado con mi síntoma, mi discurso, y hoy he hecho un poema en el que hablo de ello, desde ambos lados del espectro de la existencia me suponen del otro, el contrario, mientras yo sólo quiero hacer mi discurso y ser escuchado, contigo tengo, junto con otros blogueros y amigos un foro donde desarrollar esas preguntas con y sin respuesta que anidan en mi cabeza y cuerpo, y gracias a ellos y a ti les doy lugar y respuesta.
Un abrazo
Vicent