«Nunca nadie ha escrito o pintado, esculpido, modelado, construido, inventado
sino para salir realmente del infierno». (
Vincent Van Gogh)

sábado, 17 de julio de 2010

Asociación


Estaba yo inclinada sobre la pileta fregando en la tabla de lavar, por esas cosas de que la tecnología no es infalible cuando vino a mi mente una imagen:

Las manos de mi madre tan finas y delicadas a pesar de que nunca, en el transcurso de su larga vida, dejaron de afanarse en los cuidados de la casa. Como la mayor de ocho hermanos que era, sentía esa labor casi como un premio obtenido al volver del campo hacia donde había partido antes del amanecer para ayudar a mi abuelo en la siembra o la cosecha.

Luego vi la ropa tendida al sol, muy blanca, y a ella inclinada sobre la pileta fregando en la tabla de lavar las prendas enmugrecidas de esa seguidilla de pequeños a los que amaba de modo tierno y callado como ella sabía amar. De pronto ese árbol cercano que comienza a inclinarse y parece apuntar hacia donde ella estaba, aquella voz que grita !cuidado! y mi madre que corre hacia el lado equivocado yendo al encuentro del tronco en caída libre que impacta sobre su cabeza.
En verdad no se efectivamente si yo estuve allí en algún lado, viendo esa escena o si lo que viene a mi mente no es más que el recuerdo en imágenes de un relato que fue repetido en el seno de mi familia en cuanta ocasión se pudo. Si se que daba fe de aquel suceso la blanca cicatriz en siete sobre su cuero cabelludo como muestra de que Dios no había querido llevársela todavía.
Luego me quedé pensando que si en lugar de haber tenido este recuerdo hubiera soñado en la noche con parte de esas imágenes, me hubiera resultado difícil encontrar el enlace o la asociación que se produjo entre mi actividad matinal y mi actividad onírica.
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La foto es de una de las esquinas de la plaza en el pueblito de Lima al norte de la provincia de Buenos Aires, en cuyas afueras todavía se encuentra el rancho del que fuera mi abuelo Antonio, realizada por Nahuel Coca que encontré en su hermoso blog Wiskey

1 comentario:

  1. Que ternura de entrada y que tiempos tan duros le tocaron vivir a tu madre. Un abrazo.

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